jueves, 29 de mayo de 2008

FECAL materia fecal



¿encontrar de nuevo el camino que nos une?

No señor Calderón, a nosotros no nos une ningún camino, existimos quienes no andamos por los caminos que tú, habemos quienes tenemos dignidad, convicciones, quienes no amamos al dinero ni el poder, quienes no somos demagogos, habemos quienes preferimos saber que los mexicanos, nuestros hermanos de las montañas tienen para comer antes de firmar un acuerdo que le dé una buena imagen a nuestro país en el exterior, quienes preferimos una revolución que nos haga caer, a negociar tirados en el suelo.
No vas a encontrar de nuevo el camino que nos une, porque no existe. Y no lo podrás construir. Simplemente, porque vamos hacia lugares distintos. Tú, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, jamás has estado con la inmensa mayoría de los mexicanos, quienes sostienen a este país, quienes son explotados, quienes reciben una mísera ganancia de toda una existencia de dolor y humillación. Tu, Fecal, perteneces a las jerarquías, a los descendientes de feudales, de caciques, a los ladrones de cuello blanco que conocemos tan bien. Nosotros pertenecemos a los indígenas, a los pobres, a los marginados, a los artistas. Tú buscas que México crezca a nivel mundial; nosotros, si es necesario, que disminuya, pero que TODOS los niños de este país crezcan.
Tu, criterio diminuto inflado por la televisión y el dinero y las apariencias, no caminas por los mismos senderos que la inmensa mayoría de los mexicanos, por eso no eres el presidente de todos los mexicanos. Tú gobernarás para los empresarios, para tu clase política de sucios y corruptos, para tus elites privilegiadas, para tu familia, tus amigos. Tú no tienes que encontrar ningún camino, porque no llevas los pies agrietados ni el estómago vacío, porque poco sabes de los rincones marginados de mi país, porque tu falso país de cifras y buenas intenciones sólo lo cree tu gente, la gente a la cual no le preocupa, al igual que a ti, más que mantener su comodidad, sus privilegios, sus placeres diminutos y vacíos, su empleo, sus tres pesos en la bolsa.
En tu camino, señor Calderón, pasarás por el dinero, la docilidad, el engaño, los privilegios, las cifras alegres de la realidad mexicana, los actos sociales internacionales y las cenas de gala; a lo largo de tu camino encontrarás alfombras rojas, aplausos, reconocimientos honoris causas de todas las cloacas, diplomacia, competitividad, elites, discursos, poder, gasto de recursos de un país entero, afectación a la naturaleza, globalización.
En nuestro camino, señor Presidente Electo de algunos mexicanos, encontramos la libertad, la dignidad, la hermandad hacia los más necesitados (hermandad significa dar la mitad de tu tortilla, y no aventar un limosna de vez en cuando), identidad con la raza mexica, autogestión, alegría autentica, profundidad de pensamiento. A lo largo de nuestro camino encontramos la rebeldía, la poesía, el arte, encontramos una sonrisa sincera, una fuerza descomunal para avanzar. No conoces eso, ¿verdad?, ¿cómo puedes reencontrar un camino que no has recorrido?
Jamás nos encontraremos, señor Fecal, porque vamos por caminos distintos. Tú y los tuyos jamás entenderán lo que significa el valor de esta tierra, porque jamás la han trabajado, jamás valorarán el conocimiento de las montañas, de los árboles, porque sólo ven dinero en los sonidos de la naturaleza; ustedes jamás entenderán el amor a la libertad, cuando ustedes mismos son quienes colocan los grilletes, incluso a ustedes mismos. Ustedes jamás entenderán el amor a la dignidad, cuando son capaces de mentirse a si mismos, de venderse al mejor postor. Ustedes jamás entenderán el amor a la hermandad, porque todo lo ven con el rostro del dinero.
Tú buscas acumular riqueza, nosotros conocimiento. Tú buscas que el mundo vea a México competitivo, nosotros que sepan de su dignidad. Tú quieres que los empresarios vengan e inviertan su dinero, nosotros que se vayan y nos dejen trabajar nuestra tierra. Tú quieres que el tipo de cambio sea estable, nosotros repartir los recursos entre todos, aunque se caiga su sistema. Tú quieres que se respeten las leyes, nosotros romperlas para crear unas nuevas que sean de todos nosotros. Tú tienes la ironía, nosotros el coraje. Tú tienes el poder, nosotros la fuerza. Tú tienes la corbata de colores, nosotros el corazón. Tú buscas el cielo, nosotros la tierra. Tú quieres pasar a la historia, nosotros la hacemos a diario.
¿Encontrar de nuevo el camino que nos une? Imbécil: nosotros no tomamos de la mano a la mentira ni para cruzar la calle.

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